23.5.12

PEQUEÑOS BANQUETES

Todo deseo, dice mi doctor, necesita de prescripción médica. / Me tiemblan las manos al mirar otro cuerpo / el corazón trata de bombear algo por las venas. / ¿Acaso no es éste ya el último banquete de nuestra vida? *** Siempre hay un hombre duro, un adiós largo, un crimen casi perfecto / y una mujer que te da la espalda y se marcha mostrándote sus bellas nalgas. *** Todos sueñan como árboles sedientos / ovejas pensativas mirando las estrellas. // Las ovejas se acercan al árbol / cuestionan lo inevitable. // Será acaso que nada aquí tenga sentido / ni el árbol ni las ovejas. *** Hay una mesa puesta en casa / un plato de clavos / un vaso con sangre / de postre un lento latido / llamando interminable a la ausencia. *** En casa los muertos toman asiento / se sirven la comida lentamente, / todo es tan cotidiano en casa / mientras los muertos entre risas / gozan del banquete. *** Hay que asumir toda consecuencia de nuestros actos / tomar la palabra cuando se debe / y callar, eso sí, casi siempre. *** Que sólo quede el tiempo como único testigo / que su declaración sea un golpe leve de manecillas / y que al final detenga su andar / como se detiene la vida misma. *** Alguien miente, / es ahí / donde se encuentra la verdad. *** Nadie tiene la intención / es un absurdo esto / de mirar por la ventana / tratando de atrapar las palabras. *** No queda ya nada del banquete / ni sobras para los buitres hambrientos / ni canciones melancólicas para los tristes. *** El último en partir tiene que cerrar el libro. /// CARLOS FERNANDO ORTIZ ZÚÑIGA