23.4.11

POR UNA BAILADORA

¡Qué chulo y qué bonito baila Nacha!
Se estira y se alagarta cual culebra,
y luego hasta parece que se quiebra
de tanto que se dobla y que se agacha.

Sabe bailar las jotas y cuadrillas,
remolinea la pierna y alza el brazo,
y luego hasta le truena el espinazo
en ese baile que hace sentadillas.

También sabe otros bailes muy decentes
que dicen aprendió en la Capital.
No sé si estarán bien o estarán mal,
pero veo que les agradan a las gentes.

Otras veces con un sombrero chato
y un tápalo de barbas, muy floriado,
se pasea sola de uno a otro lado
y cante y cante toditito el rato.

Pero en el baile que hubo en La Palmilla,
traía unos choclos nuevos de charol,
y me dio un taconazo en la espinilla
que me hizo ver estrellas y hasta el sol.

Y yo le dije que no había cuidado,
que ni tantito así me había dolido;
pero ¡mentiras!; me quedó morado
y hasta un tanto cuanto regordido.

Y sentí unos dolores tan violentos
que hasta de vomitar me dieron ganas,
y todavía como a las tres semanas
me estaban untando árnica y fomentos.

Y por esa razón tal vez sería,
o por otros motivos más pesados;
pero ¡palabra! que desde ese día
no me cuadran muchote sus bailados.

NOTA. ¡Cómo me han de cuadrar, si me dejó baldado por mucho tiempo, que casi no podía ni bullirme!

LEOBINO ZAVALA ("MARGARITO LEDESMA")