16.2.11

¡FELIZ AÑO NUEVO!

¿Qué pensarán mis amigos?
¿Qué se me ha dormido el gallo?
¿O que envío mis parabienes
de año nuevo, hasta que es mayo?

¿Ya se la acabó la tinta?
-pensarán- ¿Perdió la musa?
O tal vez su letra extinta
no encuentra una buena excusa.

Esta vez, raudo y festivo,
grito: ¡Feliz año nuevo!
Feliz año nuevo… chino
que se inicia ahora en febrero.

Reciban este festejo
frescos como la lechuga
(porque a mí, el año-conejo
se me ha vuelto año-tortuga).

Sea el año nuevo de Oriente
o el que festeja el cristiano,
les deseo, en modo ferviente,
mente sana y cuerpo sano.

Y ya que inicio atrasado
este recuerdo, ahora envío
un abrazo algo abrasado
para combatir el frío.

Les deseo pocas congojas
en estos próximos meses,
y que su linda persona
no naufrague en pequeñeces.

En lugar de hórreas comidas
en platos de Pantagruel,
que en su mesa, divertidas
charlas haya: más de cien.

Y ahora que se ha descubierto
que la bebida es benéfica,
les deseo vino liberto
…pero por prescripción médica.

Dulces, para los golosos;
hojas, para los atléticos;
ricos banquetes jocosos
como lo mandan los médicos.

¿Qué más? Hermosas películas,
paseos y bellos conciertos…
Y también que en la canícula
puedan tenerse despiertos.

También con mucho entusiasmo
les recomiendo lecturas:
El Satiricón –Petronio-
Y El Buscón, en pasta dura.

En fin, amigos, quisiera
seguir este vano intento
de concluir el poema
como si fuera un experto.

Pero ¿qué puede la mente
si le falta reflexión?
Yo les envío solamente
un trozo de corazón.

MORELOS TORRES