29.5.10

REGRESO

Tan leve,
tan simple mi madre:
trascendental
como hoja de limón,
como salmodia del palomar.

Qué rasposa su ternura.
Qué gran óxido su sombra.
Qué de ausencias.

Ah, la paradoja tiene cinco letras.

En su aire de jacaranda agotada
encuentro la fogata de otras horas,
de otras verdades.

Deseo el regreso definitivo:
que su vientre
ya muerto
sea mi tumba.

ÓSCAR CORTÉS TAPIA