I
Reservas tus elogios para los muertos,
jamás aprecias a un poeta vivo.
Discúlpame, prefiero seguir viviendo
a tener tu alabanza.
II
Me dijeron que Cinna escribió en contra mía.
Pobre Cinna: no escribe
ya que nadie lo lee.
III
Son míos los versos.
Cuando los declamas
se vuelven tuyos porque los destrozas.
CAYO VALERIO MARCIAL