25.6.10

ABRES LA PUERTA DE LA RECÁMARA

Abres la puerta de la recámara.
Ahí están.
Papá Chente trae puesta una guayabera amarilla,
papá Gabriel, la túnica blanca del regreso,
y tío Ángel,
que detestaba a los curas,
un bonete.

(Todavía sangran las heridas
que le vaciaron las ganas
de ser cacique
en una tierra de montañas.)

Sonríes.
(¿Cuántos abrazos mide la ausencia?)

Vienen a pedirte:
"Corrige el destino que compartes".

Desaparecen.
El pasillo a oscuras
es una pregunta boca abajo.

Años adelante,
luego de morir,
Enrique, tu hermano,
vendrá a lo mismo.
Y dejarás a mi padre.
Y mi padre subirá,
con pies desnudos,
la escalera de vivos filos
que no sabe de prisas ni descansos,
la que no promete final:
su dolor,
el más grande.)


ÓSCAR CORTÉS TAPIA