I
Cansado de copiar
el rincón exacto, eterno,
se desabotona
la lisa memoria de azogue.
Abre un cajón del ropero,
la guarda.
Con bostezos
se mete en la cama.
Una y otra, muchas,
alas profundas lo cubren:
es el sueño
sin imágenes.
II
Sin parpadear,
la luna llena del ropero
aluza la noche ciega.
Ah, justicia antiquísima.
Ojo por ojo.
Luna por luna.
ÓSCAR CORTÉS TAPIA