Tienen acento de estreno las cosas:
una mano les ha quitado la envoltura de todos los días;
huelen a primera vez.
(¿Quién cambió la estatura del patio?
¿Quién la puso junto a los helechos y las hormigas?)
El viento me declara Hijo predilecto de las nubes.
Mis ojos, que no son míos,
mis ojos, que son repentinos,
atrapan un perfil aéreo de toalla.
En el corazón de mi madre
suena un redoble de angustia.
Algo se transforma.
Y soy un hombre con 35 años adentro
y me miro mirarme en la caída,
y estoy frente a esta página,
y no puedo evitarlo.
ÓSCAR CORTÉS TAPIA