6.7.16

DON POLO

Ayer murió don Polo
Fue cartero como sus dos hermanos
Ahora es difunto
También como ellos

En las mañanas paseaba lentamente
De una acera a otra de nuestra calle
Luego se detenía frente a la puerta de su casa
Minutos dóciles, minutos pacientes
en espera de que el mediodía llegara a acariciarlos

Los ojos de don Polo, de una claridad extranjera
recorrían aceras, autos, fachadas, rostros
como cerciorándose de que un orden secreto
no había dejado la orilla de este pueblo imaginario

Don Polo era viudo
La ausencia de palabras ocupó el lugar de la señora Carmelita
en la mesa, en la sala, en la cama

Pero si don Polo encontraba a un vecino
levantaba un poco la mano
y su sonrisa difuminada encendía una muda elocuencia

Don Polo siempre vestía de traje
(Jamás le vimos corbata)
Eran trajes brillosos por la obsesión de la plancha
Recuerdos cortados a la medida de una mejor tela

Ayer murió

Sus hijos lo vistieron con el traje azul marino
el menos gastado de los trajes memoriosos
Y la dignidad de los muertos pobres
abrochó hasta el último botón de su camisa sin corbata

Las discretas lágrimas de sus hijas
las manos tímidas de sus hijos
que acariciaban el cristal del ataúd barato
se fueron diluyendo
Don Polo no estaba ya dentro
Se había convertido en el remitente de anécdotas amables
para quince o veinte destinatarios
Y mientras la calma iba y venía
repartiendo pan dulce y café instantáneo
una grandeza apenas descubierta
se depositaba en la casa de don Polo
cartero jubilado y guardián de nuestra calle

@OCortesTapia